harry potter
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nuevos fans ficcion inventados de hp ( que curioso no se me ocurrio otro nombre mas que este)

Dr/Hr
El amor no tiene límites

Capítulo 1
La sorpresa de Dumbledore

Era un martes con noche de luna llena. Harry estaba junto a la ventana, contemplando una foto de Sirius que había encontrado en Grimmauld Place. Habría dado cualquier cosa para tenerlo a su lado. De repente, alguien tocó desesperadamente la puerta:

- ¡¡Apúrate!! ¡¡Ven a preparar la cena!! ¡¡Olvida de una vez a tu estúpido padrino y ven rápido!!- gritó tía Petunia.

- ¡¡¡¡Él no era estúpido!!!!- se enfureció Harry.

- ¡¡Tuvo lo que se merecía!! ¡¡Ahora olvídalo y ven a preparar la cena!! ¡¡¡Y si tengo que decírtelo una vez más te quedarás sin comer!!!

A Harry no le quedó otra opción que aguantar la rabia y bajar. Abajo, el cerdito Dudley revoleaba su bastón de Smeltings pavoneándose. Harry tuvo que esquivarlo. Cuando apenas había empezado a preparar la comida, apareció tío Vernon con lo que parecían las cartas de la mañana en la mano. Las dejó sobre la mesa, se sentó y se estiró en su silla. Harry se apresuró a mirarlas desde donde estaba, mientras seguía preparando la cena. Entonces fue cuando la vio. Distinguió los trazos finos y parejos de Dumbledore. Vernon, que aún no se había dado cuenta, miraba una carta que según su aspecto parecían cuentas.

- ¡¿50 dólares?! ¡¿Cómo puede ser cierto?!- gritaba Vernon.

Pero Harry ya no lo escuchaba. Seguía con la vista fija en la carta de Dumbledore. Hacía tiempo que no tenía ninguna noticia del mundo mágico, así que se quedó inmóvil al distinguir aquél sobre. Se tranquilizó buscando alguna forma de agarrarlo sin que nadie se diera cuenta. "Tengo que agarrarlo de cualquier modo" pensó. "Si tío Vernon lo ve antes de que pueda conseguirlo, adiós noticias del mundo mágico". Entonces, Petunia se fue de la cocina con Dudley. Teniendo mucha suerte (o al menos eso es lo que Harry creyó), a Vernon se le cayó la carta de la mano. Quedó en el piso, lejos de su alcance. Cuando se levantó de su asiento, Harry rápidamente estiró el brazo, tomando la carta de Dumbledore y acomodando las demás. Para cuando su tío se levantó del suelo, Harry ya la había escondido debajo de un pote de galletas. Al rato, cuando todos habían terminado de comer, Harry se fijó que nadie lo viera y tomó la carta. Subió corriendo a su cuarto y allí se quedó, mirando el sobre, olvidando todo lo demás. Entonces una voz rugió abajo:

- ¡¡Ven a lavar todo, muchacho!! ¡Ahora!- gritaba enfurecido tío Vernon.

Harry bajó murmurando, lavó todo lo más rápido que pudo y subió nuevamente. Ahora sí, disponía de todo el tiempo del mundo. Abrió cuidadosamente el sobre, sacó un pergamino y leyó:

"Harry, te pasaré a buscar el martes a la medianoche para llevarte a La Madriguera. Tus amigos quieren verte y hay asuntos urgentes que tratar contigo. Recuerda avisar a tus tíos que estaré allí. Albus Dumbledore."

Harry miró su reloj. Eran las 10 y media de la noche. Empezó a juntar todo del suelo: ropa, libros, objetos mágicos e incluso su varita, la cual estaba debajo de la cama. Metió todo rápido dentro de su baúl y se quedó más tranquilo. "Al menos estaré listo para cuando venga. Pero, ¿y si se trata de una broma? ¿Y si sólo fue algún chistoso que copió su letra y me mandó la carta?". Absorto en sus pensamientos, Harry se quedó dormido sobre la cama. Y los minutos pasaron. El reloj marcó las 12 de la noche, y entonces una luz afuera se apagó. Harry se despertó súbitamente y se asomó a la ventana. Vio cómo las luces de los faroles empezaban a dirigirse hacia una figura alta que se encontraba cerca de la puerta de su casa. "¡Oh, no!" pensó Harry. "¡Olvidé nuevamente avisarle a tío Vernon!", pero en su rostro se dibujó una sonrisa al recordar la cara de su tío al ver, una vez, a Dumbledore en la puerta de su casa. Bajó corriendo y abrió la puerta, intentando no hacer ruido. Dumbledore lo miraba sonriente del lado de afuera de la casa. "Sabía que me recibirías tú, Harry" masculló. "¿Puedo pasar?" preguntó amablemente, y Harry se hizo a un lado para dejar pasar al anciano. Éste se acomodó en un sillón, y Harry hizo lo mismo. Dumbledore agitó la varita, y de ella salieron dos copas de cristal llenas de hidromiel. Harry tomó la suya y probó un sorbo. No recordaba haber probado una bebida más deliciosa. Entonces escuchó una voz enfrente suyo.

- Ah, Harry, hidromiel añejado en roble de Rosmerta, una bebida realmente deliciosa. Es una lástima que la última vez tus tíos no la hubieran probado. Supongo que habrían tomado algo de gusto por el mundo mágico- le dirigió un guiño a Harry y continuó-. ¿Cómo estás, Harry?

- Muy bien, profesor- respondió éste.

- Pienso que te mueres de ganas de ver a tus amigos, ¿no es así? Después de todo, ellos estarán muy contentos de volver a verte.

Harry tomó un trago de hidromiel, y luego dijo:

- Claro que sí, señor.- Lo miró a los ojos.- Quisiera saber cómo están ellos. No veo la hora de llegar a La Madriguera.

- Ah, pues Harry, me lo hubieras dicho antes- Sacó su varita y dijo-. Vamos a tu cuarto, agarra tu escoba y todas tus pertenencias.

Subieron. Harry agarró su escoba como le dijo Dumbledore, mientras éste hacía levitar el baúl y la jaula de Hedwig, y luego salieron a la fría calle. Entonces Harry se acordó de algo.

- Eh, ¿profesor?

- ¿Sí?- respondió Dumbledore alzando la vista hacia él- ¿Qué ocurre, Harry?

- ¿Cómo llegaremos a La Madriguera?

- Pues nos apareceremos. ¿Qué dices?

- Está bien- asintió Harry, aunque el sólo acordarse la sensación que producía el aparecerse le daba náuseas-. No hay problema.- agregó.

Una vez que se aparecieron, tocaron la puerta de una pequeña casa con un cartel que decía "La Madriguera". Se escuchó una voz que provenía de adentro: "¡Oh, ya están aquí, Arthur, ya están aquí!". Entonces se abrió la puerta, y, asomada a ella, apareció una mujer bajita y regordeta, con el pelo rojo intenso, y atrás suyo se podía ver perfectamente a un hombre alto, con anteojos y con el pelo rojo intenso igual al de su mujer.

- ¡Oh, Harry, qué alegría me da verte!- dijo la señora Weasley- ¿Tienes hambre?¿Quieres comer algo?

- ¡Ah, Molly, me alegro mucho de que puedas recibir a Harry en este momento!- aseguró Dumbledore. Molly asintió sonriente. Luego, mirando a Harry, dijo- Harry, ahora tengo que irme, pero puedes enviarme una lechuza cuando quieras- Miró nuevamente a la señora Weasley y agregó-. Molly, avísame de inmediato si ves algo fuera de lo común. Adiós.- Y se marchó.

proximamente capitulo 2 en 3 dias mas esperaro

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